-La “guerra contra el narco” cruza una peligrosa línea-
Por TeclaLibre Digital
El ataque número 15 y un silencio inquietante
El Pentágono confirmó este sábado un nuevo ataque letal en el mar Caribe, elevando a quince las operaciones de este tipo desde septiembre. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció que tres personas murieron y que la embarcación “pertenecía a una organización designada como terrorista”. Sin embargo, no reveló el nombre del grupo ni el país donde ocurrió el operativo.
“Esta embarcación, como TODAS LAS DEMÁS, era conocida por nuestra inteligencia por estar involucrada en el contrabando ilícito de narcóticos”, escribió Hegseth en su cuenta de X, antes Twitter. Según sus propias cifras, al menos 64 personas han muerto en los ataques recientes.
Trump y su “doctrina del narco-terrorismo”
El presidente Donald Trump ha defendido la escalada militar como una “necesidad para frenar el flujo de drogas hacia nuestro país”. Su administración sostiene que existe un “conflicto armado” con los cárteles, y que por tanto puede emplear la misma autoridad legal invocada tras el 11-S bajo la “Guerra contra el Terrorismo”.
En otras palabras, los narcotraficantes ahora son tratados como terroristas globales, y los mares del Caribe como zonas de guerra. Hegseth fue explícito:
“Los narcoterroristas están trayendo drogas a nuestras costas para envenenar a los estadounidenses. El Departamento de Defensa los tratará EXACTAMENTE como tratamos a Al Qaeda”.
El nuevo episodio desató otra ola de reclamos en Washington. Un grupo de senadores demócratas, encabezados por Chuck Schumer, envió el viernes una carta formal al secretario de Estado Marco Rubio, a la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard, y al propio Hegseth.
La misiva exige que la Casa Blanca entregue la justificación legal completa de estos ataques, la lista de los cárteles considerados “terroristas” y los nombres de las personas fallecidas.
“El gobierno ha compartido selectivamente información contradictoria con algunos miembros del Congreso, mientras excluye a otros”, advierte el documento, firmado también por Jack Reed, Jeanne Shaheen, Mark Warner, Chris Coons, Patty Murray y Brian Schatz.
Desde septiembre, los bombardeos se han concentrado en el Caribe occidental y el Pacífico oriental, zonas donde operan rutas marítimas del narcotráfico desde Sudamérica hacia México y Estados Unidos.
Sin embargo, organizaciones internacionales de derechos humanos advierten que no hay pruebas claras de que las embarcaciones destruidas transportaran drogas o armas.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, ya calificó estos ataques como “inaceptables y violatorios del derecho internacional”, y pidió detenerlos de inmediato.
La administración Trump evita ofrecer detalles sobre las operaciones o los países involucrados, alegando “seguridad nacional”. Pero los críticos sostienen que el Pentágono actúa sin supervisión y podría estar violando soberanías en América Latina.
El silencio de los gobiernos caribeños también preocupa: ninguno ha confirmado ni negado la presencia de aeronaves estadounidenses operando en sus aguas.
El mar Caribe —históricamente espacio de comercio y turismo— se ha transformado en un escenario de fuego y ambigüedad legal.
¿Está Estados Unidos combatiendo realmente al narcotráfico o ensayando una nueva forma de guerra preventiva, esta vez en su propio “patio trasero”?
¿Hasta dónde llegarán los drones de Trump en nombre de la “seguridad nacional”?
-Luis Rodriguez Salcedo para TeclaLibre-
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