InicioARTE Y CULTURAAída Trujillo en "A la sombra de mi abuelo"

Aída Trujillo en «A la sombra de mi abuelo»

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En el libro A la sombra de mi abuelo, Aída Trujillo nos ofrece un testimonio íntimo y conmovedor sobre su vida y su familia, en particular sobre la figura de su abuelo, Rafael Leonídas Trujillo Molina, y las facetas ocultas que ella descubre con el tiempo. Desde niña, Aída vivió en medio de un entorno marcado por el poder, la autoridad y, en muchos casos, la sombra de un dictador cuya presencia se sintió en todos los aspectos de su vida familiar y social. La autora revela que, a raíz de la muerte de su abuelo, comenzó a escribir un diario que, con el tiempo, se convertiría en un libro donde desahoga su dolor y sus descubrimientos.

«Nunca descubrí al que fue el gobernante, al dictador, el político, el tirano, como lo quiera calificar cada uno. Aquello fue muy doloroso, empecé a escribir un diario íntimo que se fue expandiendo y terminó siendo este libro llamado “A la sombra de mi abuelo”.
La vida de cada uno es una novela…
El relato de Aída refleja una lucha interna entre el amor filial y la confrontación con la realidad de un régimen autoritario.  La escritura se convierte en un acto de resistencia y de búsqueda de verdad, un medio para entender y aceptar una historia familiar marcada por secretos y violencias.

Aída Trujillo es hija de Ramfis Trujillo y Octavia Ricart Martínez (Tantana), el padre de Octavia era Pedro Adolfo Ricart, natural de Barcelona, un gran comerciante y hombre de negocios que compró un par de goletas que convirtió en embarcaciones y se dedicó a la importación y exportación de café y de otros productos de primera necesidad entre República Dominicana y las islas cercanas, enviudó de su primera esposa con la que tuvo seis hijos, conoció a Nieves Martínez, natural de Oviedo, viuda a la vez y madre de siete hijos y se casaron y tuvieron seis hijos más, ella vivía con su madre que era paralitica a consecuencia de un «pasmo.

Tantana, su madre, fue la primogénita de Pedro y Nieves, el padre de ella se oponía al casamiento con Ramfis, optó por irse a Curazao, el amor hacia Ramfis había calado muy hondo, le envió una carta con la dirección de una amiga de confianza para que le escribiera y Ramfis contesto rápidamente, el padre de ella encontró un candidato ideal para casar a Tantana, un poco mayor que ella, natural de Holanda.
(Era costumbre aceptada que los padres disponían con quien se casarían las hijas)
La familia del holandés quería saber porque tanta prisa en ese matrimonio. Cuando su papá le participó lo del matrimonio Tantana se rebeló, lo enfrentó y le gritó descaradamente que su meta era volver a Ciudad Trujillo y casarse con Ramfis…el padre le replico: ‘ese lo que quiere es divertirse con las muchachas de buena familia… y no vuelvas a llamar a la ciudad de Santo Domingo por ese nombre’. Tantana le dijo que Ramfis la esperaba para que ella fuera su señora… El padre sentencio… antes me verás muerto…

La historia familiar de Aida revela las complejidades de las tradiciones y costumbres en la sociedad dominicana de aquella época. La historia del matrimonio de su madre Tantana, es un ejemplo de cómo las decisiones de las familias estaban influenciadas por intereses sociales y políticos, y no siempre por el amor o la voluntad de los jóvenes.

En su novela Aida  pone en evidencia cómo la figura del hijo del dictador Ramfis Trujillo, era vista desde una perspectiva compleja: por un lado, como símbolo de poder y linaje, y por otro, como un personaje que generaba rechazo y temor en su propia familia.

La rebeldía de Tantana al enfrentarse a la autoridad paterna y su deseo de estar con Ramfis muestran que, incluso en un entorno de control absoluto, las emociones y los sueños de libertad también florecían.

En conclusión, la obra de Aida Trujillo no solo es un testimonio personal, sino también un espejo de una época marcada por la sombra de la dictadura. Su relato nos invita a reflexionar sobre cómo el pasado familiar y político influye en la construcción de la identidad y en la manera en que enfrentamos nuestras heridas.

Descanse en paz el alma Aida Trujillo, quien falleció el 7 de junio del presente año, a los 72 años, admiro tu valentía y decisión al compartir tu historia a través de tu diario convertido en un libro, que permite que las nuevas generaciones puedan entender las facetas ocultas de una historia que, aunque dolorosa, forma parte de la memoria colectiva de República Dominicana.

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