ESTAMBUL (AP) — Mehmet Bogday dice que se quedó boquiabierto cuando vio su factura de electricidad: era más alta que el alquiler que paga por su restaurante en Estambul que vende tradicionales envolturas turcas, y más del doble de lo que pagó hace un mes.
“Esto es insostenible”, dijo Bogday, propietario del restaurante Asmali Mescit Durumcusu. “Si sigue así, tendremos que despedir personal. Si continúa así, no podremos hacer que esto funcione. Reduciremos el tamaño o cerraremos y nos quedaremos en casa”.
El aumento de los precios de la energía está elevando las facturas de servicios públicos desde Polonia hasta el Reino Unido, dejando a las personas luchando para llegar a fin de mes y a las pequeñas empresas sin saber cuánto tiempo más podrán mantenerse a flote. En respuesta, los gobiernos de toda Europa se apresuran a aprobar la ayuda para aliviar el golpe, ya que los precios de la energía impulsan un aumento récord de la inflación .
En ninguna parte se siente ese apretón más agudamente que en Turquía , donde la inflación se ha disparado a casi el 50% y las facturas de electricidad exorbitantes están provocando protestas y temores sobre cómo las pequeñas empresas, como el restaurante Bogday, pueden sobrevivir.
Esta semana estallaron protestas por las subidas de los precios de la electricidad en Turquía, incluidas algunas en las que la policía disparó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. La gente publica sus facturas de electricidad en las redes sociales para mostrar cómo los costos son insostenibles. Los comerciantes exhiben avisos denunciando las facturas elevadas en los escaparates, mientras que otros se han reunido frente a las compañías eléctricas y han prendido fuego a sus facturas.
Al igual que el resto de Europa, la generación de electricidad en Turquía requiere fuentes de energía que han subido de precio, incluido el gas natural, cuyo suministro es bajo . Una gran caída en el valor de la moneda de Turquía está impulsando el aumento del precio del gas importado.
A medida que la demanda de energía de Europa se recuperaba de las profundidades de la pandemia de coronavirus, se topó con las reservas de gas agotadas por el frío invierno del año pasado, la falta de generación de energía renovable durante el verano y Rusia que no vendía tanto gas como de costumbre a Europa .
Los servicios públicos están transfiriendo los costos a los clientes, y las personas se ven afectadas dos veces: con facturas más altas en el hogar y precios en aumento de las empresas que también pagan más por la energía.
Condujo a una crisis del costo de vida en algunos lugares , pero especialmente en Turquía, donde los hogares y las empresas ya estaban tambaleándose por la inflación vertiginosa y una moneda que perdió alrededor del 44% de su valor el año pasado , consumiendo ahorros y haciendo es difícil comprar incluso lo básico como la comida. Luego, las autoridades aumentaron las tarifas de electricidad el 1 de enero, aumentando los precios en un 50% para muchas personas y hasta en un 127% para las empresas y los hogares de alto consumo.
El líder del principal partido de oposición de Turquía se unió esta semana a un torrente de demandas para retirar los aumentos de precios y dijo que no pagaría su factura de electricidad hasta que se reduzcan las tarifas. Kemal Kilicdaroglu también pidió reducir los impuestos sobre las tarifas eléctricas.
Enfrentado a las crecientes críticas, el presidente Recep Tayyip Erdogan hizo cambios este mes para que los aumentos de precios se activen cuando los hogares usen más energía, pero no proporcionó alivio. Dado que los aumentos de precios amenazan con perjudicar a Erdogan antes de las elecciones del próximo año, su administración ha dicho que está trabajando en un posible reajuste u otras medidas para ayudar a la gente.
Es algo que los gobiernos de toda Europa están haciendo a medida que el aumento de los costos de los servicios públicos provoca una protesta generalizada.
En Gran Bretaña, se prevé que los precios de la energía aumenten un 54 % , unas 700 libras (940 dólares) al año, a partir de abril. El gobierno dice que los clientes obtendrán un descuento en sus facturas que se pagarán en pequeñas cuotas durante los próximos años, y la mayoría también obtendrá dinero de otro impuesto local. En total, el gobierno dijo que a la mayoría de las personas se les reducirá aproximadamente la mitad del costo adicional.
Del mismo modo, los hogares italianos se preparan para un aumento récord del 55 % en la electricidad y del 42 % en el gas en las próximas semanas, dicen los reguladores de energía.
Para llamar la atención sobre el tema, los alcaldes sumergieron en la oscuridad los ayuntamientos históricos de Roma y Florencia el jueves por la noche. La asociación de alcaldes italianos dijo que la respuesta del gobierno hasta ahora ha sido insuficiente para ayudar a las ciudades a enfrentar cientos de millones en costos adicionales de energía, obligándolas a elegir entre equilibrar los presupuestos o recortar los servicios.
El primer ministro Mario Draghi dijo esta semana que el gobierno de Italia estaba decidido a elaborar pronto medidas amplias que brindarán alivio a las familias y las empresas.
Los reguladores polacos aprobaron que los precios de la energía subieran un 37 % este año, afectando a las panaderías y otros negocios hasta el punto de que muchos tuvieron que cerrar.
El gobierno de derecha redujo temporalmente los impuestos sobre la electricidad, el gas, los combustibles para motores, algunos alimentos básicos y fertilizantes. Se espera que eso reduzca los costos de energía para una familia de cuatro personas en unos 120 zlotys (26,5 euros) este año. El gobierno también está introduciendo una bonificación para los hogares, que oscila entre 20 y 1.450 zlotys (4,5 a 320 euros) al año, según los ingresos.
Las empresas dicen que no es suficiente para equilibrar sus mayores costos.
La mayoría de los legisladores de tendencia izquierdista en Dinamarca acordaron el viernes gastar 1.000 millones de coronas (153 millones de dólares) en un programa temporal para ayudar a los hogares más afectados a hacer frente a las altas facturas de electricidad. Aproximadamente 320 000 hogares en Dinamarca serán elegibles para 3750 coronas (576 dólares).
En Turquía, los problemas energéticos se ven agravados por las políticas del presidente. Erdogan ha rechazado el pensamiento económico convencional y ha presionado al banco central para que baje las tasas de interés a pesar de que la inflación está en su punto más alto en 20 años, lo que ha hecho subir aún más los precios .
Numan Kurtulmus, líder adjunto del partido gobernante de Erdogan, dijo que el apoyo del gobierno a la energía suponía «una carga extraordinaria» para el tesoro, lo que hacía inevitables las subidas de precios.
“Ha sido una factura fuerte, somos conscientes de esto”, dijo, y agregó que el gobierno estaba trabajando para reducir la inflación.
Kazim Iscen, un pintor y decorador de Ankara, dijo que ya se ha atrasado en los costos de los servicios públicos y que no podrá pagar su factura de electricidad, que fue «dos o tres veces más alta» este mes. “Pido al gobierno que tenga piedad de nosotros”, dijo.
Cengiz Sur, propietario de un bar y restaurante en Estambul, dijo que ha estado desconectando refrigeradores y calentadores y apagando luces después de que su factura de electricidad este mes superó su alquiler.
“Nos hemos olvidado de la renta y ahora estamos tratando de averiguar cómo lidiar con nuestras facturas de electricidad”, dijo.
Bendevi Palandoken, jefe de la Confederación de Comerciantes y Artesanos de Turquía, advirtió que muchas empresas cerrarán a menos que se retiren los aumentos de precios y se establezcan tarifas especiales para ayudar a las pequeñas empresas.
“Creo que habrá cierta retirada de los aumentos de precios”, dijo el economista Ozlem Derici Sengul, fundador de Spinn Consultancy, con sede en Estambul. “Creo que para frenar la tensión pública, podemos ver alguna acción de” los funcionarios del gobierno.
