A Whitman también le llama figura de viento y le habla sobre su origen, su procedencia de una isla del Caribe, su ciudad natal Santiago de los Caballeros, inolvidables, el barrio La Joya y el aroma de café colado de su tía Mercedes (Chea) la cual «leía la taza»; la misma que le inspiró el extenso poema «La taza de la tía», y le cuenta que emigró al Estado Jardín de La Florida, en la segunda década del siglo XXI, en tiempos de la pandemia de la COVID-19.
Muestra su particular asombro por la abundante fauna y flora estadounidense, donde existen especies diversas, ‘grandes lagartos’, ‘nerviosas ardillitas’, ‘concierto de sinsontes’ ‘majestuosos flamencos», las hojas de hierba recién podadas le llevan a Whitman e invoca a los Padres de la patria: Adams, Washington, Jefferson y Lincoln quien ‘quitó los grilletes a los negritos’ y los temores que asoman al sentir que esta amenazada la democracia, recuerda que en la guerra de Secesión entre esclavistas y liberales que desangró a Estados Unidos, Walt Whitman, apesadumbrado por el sufrimiento de los soldados heridos, trabajó voluntariamente como ayudante de enfermería.
Walter Whitman (Walt) es el más representativo del canon estadounidense, llamado Padre del verso libre, viejo patriarca que nació en el siglo XIX en la ciudad de New Jersey, el 31 de mayo de 1819, hace ya 205 años y falleciera a los 73 años de edad en Camden, NJ, fue un anti-esclavista, defensor de los ideales liberales y de la democracia a la vez que rechazaba el materialismo que, a su juicio, impregnaba la vida y las aspiraciones de la sociedad estadounidense.
Un poema muy sentimental que trata del desconsuelo ante lo irremediable, la muerte y las expectativas de la realidad político social de los Estados Unidos.
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