-Colombia al filo: Atentados sincronizados y un candidato en com
Redacción de Teclalibre.- Colombia vuelve a ser titular mundial, pero no por sus paisajes ni su café. Esta vez, la noticia huele a pólvora. En menos de una semana, el país ha sido estremecido por una ola de atentados orquestados al milímetro, que revelan no solo la persistencia de las disidencias armadas, sino también las grietas en la estrategia de seguridad del Gobierno.
Entre la noche del domingo y la madrugada del lunes, los departamentos de Cauca y Valle del Cauca vivieron horas de terror: coches bomba, drones con explosivos, francotiradores y hasta motobombas. La escena parecía un recuerdo maldito de los años noventa, pero no: es junio de 2025.
Los atacantes, disidencias de las FARC —o como se hacen llamar ahora, “Estado Mayor Central”—, parecen haber querido celebrar a su manera el aniversario de la muerte del temido alias Mayimbú. ¿Qué dejaron? Más de 7 muertos, 28 heridos y una población sumida en el miedo, sin contar las estaciones de policía destrozadas y los peajes volados.
Y como si el país no tuviera suficiente con ese cóctel explosivo, el pasado fin de semana el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay fue baleado en pleno acto político en Bogotá. El agresor: un adolescente de 15 años. ¿Actuó solo? ¿Quién le puso un arma de Arizona en las manos? Nadie lo sabe. Lo que sí se sabe es que Uribe sigue en estado crítico, y la política nacional tiembla.
Mientras tanto, el Gobierno responde con comunicados y promesas de “contundencia”, pero la gente no duerme tranquila. En los barrios y veredas del suroccidente, lo que se escucha no son discursos, sino helicópteros y detonaciones.
La Fiscalía ha abierto investigaciones, el Ejército ha lanzado una ofensiva, y hasta se habla de infiltración en la fuerza pública. Pero la gran pregunta queda en el aire como el humo tras una explosión:
¿Quién tiene realmente el control del país?
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