El 6 de febrero de 2025, un avión Cessna 208B Grand Caravan EX operado por Bering Air, que realizaba el vuelo 445 desde Unalakleet hacia Nome, Alaska, se estrelló en el mar de Bering, causando la muerte de las 10 personas a bordo: un piloto y nueve pasajeros. La aeronave perdió contacto con el control de tráfico aéreo aproximadamente a 19 kilómetros al sureste de Nome. Los restos fueron encontrados al día siguiente sobre una placa de hielo a unos 55 kilómetros mar adentro.
Entre las víctimas se encontraban dos empleados del Consorcio de Salud Tribal Nativa de Alaska, quienes habían viajado a Unalakleet para labores relacionadas con sistemas de calefacción en una planta de agua.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha iniciado una investigación para determinar las causas del accidente. Los datos preliminares indican una rápida pérdida de altitud y velocidad antes del impacto, sin que se haya emitido ninguna señal de emergencia. Las condiciones climáticas adversas y el movimiento de las placas de hielo están complicando las labores de recuperación de los restos.
Este trágico suceso es el tercer accidente aéreo fatal en Estados Unidos en un lapso de ocho días, resaltando los desafíos de la aviación en regiones remotas como Alaska, donde las condiciones climáticas y geográficas pueden ser especialmente peligrosas.
