Elon Musk, designado por el presidente Trump para liderar el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha denunciado la existencia de aproximadamente 50.000 millones de dólares en pagos fraudulentos dentro del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Musk afirmó que el sistema de pagos del Tesoro aprobaba automáticamente desembolsos a organizaciones fraudulentas o terroristas sin una supervisión adecuada.
En respuesta, el DOGE ha implementado nuevas medidas de control, incluyendo la introducción de códigos de categorización de pagos para auditorias y la obligación de proporcionar justificaciones detalladas para cada desembolso. Además, se ha establecido una actualización más frecuente de la lista de entidades prohibidas, con el objetivo de mejorar la transparencia y la eficiencia en el gasto público.
Estas acciones han generado controversia y enfrentamientos legales. Un juez federal ha bloqueado temporalmente el acceso del DOGE a ciertos sistemas de pago del Tesoro, argumentando preocupaciones sobre la autoridad legal del DOGE y posibles riesgos de ciberseguridad. Musk ha criticado esta decisión, sugiriendo sin pruebas que podría estar protegiendo a estafadores.
Estas medidas forman parte de un esfuerzo más amplio por parte de la administración Trump para reducir el gasto gubernamental y combatir el fraude, con Musk y su equipo desempeñando un papel central en la re-estructuración de diversas agencias federales.