Por Luis Rodriguez Salcedo
Santo Domingo, R.D. – La música dominicana está de luto. La súbita y trágica muerte de Rubby Pérez, «La Voz Más Alta del Merengue», ocurrida la noche del lunes durante el colapso del techo en la icónica discoteca Jet Set, ha desatado una ola de conmoción, dolor y homenajes que no conocen fronteras.
“Hemos perdido a un gran artista”, expresó con evidente pesar el expresidente Leonel Fernández, quien en múltiples ocasiones compartió escenarios y actos con el merenguero fallecido. “Rubby no solo fue una de las voces más privilegiadas de nuestra música; fue también un símbolo de perseverancia, de talento, y de dominicanidad”.
El legendario Sergio Vargas, visiblemente afectado tras asistir al funeral privado, dejó salir una frase cargada de nostalgia y resignación: “Me gustaría que fuera verdad aquello de que volveré”. Con esas palabras, evocó uno de los éxitos más emblemáticos de Rubby, que hoy se escucha con otra profundidad en los corazones de sus seguidores.
Desde el extranjero también llegaron mensajes cargados de admiración y duelo. Wilfrido Vargas, radicado en Colombia, manifestó su consternación en redes sociales: “Rubby era una voz celestial. Su legado vivirá mientras exista el merengue. Hoy el ritmo está de duelo”. La cantante Olga Tañón escribió: “Me parte el alma esta noticia. Rubby era alegría pura, un caballero del escenario y del alma”.
Juan Luis Guerra, con quien Rubby compartió tarima en varias ocasiones, publicó una sentida imagen en blanco y negro junto a un breve mensaje: “Gracias por tu voz, hermano. Vuela alto entre melodías eternas”.
En las afueras del Instituto de Ciencias Forenses, donde fue llevado el cuerpo del artista, decenas de fanáticos cantaban sus canciones más emblemáticas, mientras colocaban flores, velas y pancartas que decían “Siempre serás nuestra voz”.
Rubby Pérez, sobreviviente de un accidente de tránsito en su juventud que lo obligó a usar prótesis en una pierna, fue siempre un símbolo de superación. Con una carrera que inició en las filas de la orquesta de Wilfrido Vargas y que luego lo catapultó como solista, dejó un repertorio inmortal y una huella indeleble en el alma musical del país.
El colapso del techo del Jet Set, aún bajo investigación, ha dejado una herida profunda no solo por su impacto físico, sino por arrancar del escenario —literalmente— a una de las voces más queridas del Caribe.
Hoy, mientras el país llora su partida, el eco de su canto sigue vivo. Como él mismo cantaba: “Volveré, te lo juro que volveré”. Y así será, Rubby. En cada nota, en cada fiesta, en cada recuerdo.
LRS