Por: Carlos t Martinez
Hay un cantaleteo que se ha vuelto recurrente: que el merengue está en decadencia, que va a desaparecer, que ya no tiene el mismo impacto.
Sin embargo, quienes adoptan esta narrativa olvidan un detalle crucial: el problema no es el género, sino su falta de renovación.
El merengue no solo está vivo, sino que está en su mejor momento, y para prueba basta mirar cómo Manny Cruz y El Blachy se han apoderado de las ondas radiales y las plataformas digitales.
Por otro lado, artistas internacionales como Shakira, Bad Bunny y Karol G quienes han demostrado que el merengue sigue siendo una apuesta ganadora.
El merengue tiene una fuerza tan global que basta con viajar a Japón, Alemania o España para ver cómo suena y cómo se baila con pasión en tierras extranjeras.
Entonces, ¿por qué algunos artistas locales no logran el mismo impacto? La respuesta es evidente: se han quedado atrás. Arreglos desfasados, letras que no conectan con el público actual y una falta de adaptación a las tendencias han dejado a ciertos merengueros atrapados en el tiempo.
Peor aún, hay quienes claman por emisoras dedicadas exclusivamente al merengue, como si eso fuera la solución.
El Blachy y Manny Cruz están sonando por doquier. Todo lo que graban, lo pegan. Entonces, no es que el merengue esté en capa caída, sino que hay artistas que no están a la altura del momento.
El merengue no va a desaparecer. Vive y vivirá, siempre y cuando sus exponentes acepten el reto de evolucionar con los tiempos.