-El tira y jala de los aranceles de Trump: entre jueces, trucos y amenazas comerciales-
Un tribunal federal de apelación decidió este jueves ponerle un «pausa» —de esas que se estiran sin fecha fija— al fallo que bloqueaba los famosos aranceles anunciados por el expresidente Donald Trump durante lo que él mismo llamó el ‘Día de la Liberación’. ¿Liberación de qué? Solo él sabrá.
En resumen, la corte dejó en suspenso la decisión judicial previa “hasta nuevo aviso”, mientras le echan un vistazo a los papeles de las mociones. O lo que es lo mismo: tiempo muerto para ganar tiempo político.
Todo esto viene después de que el Tribunal de Comercio Internacional dictaminara que la mayoría de esos aranceles eran, en buen dominicano, un disparate legal. Según ese fallo, Trump se pasó de la raya y usó su poder como quien reparte cartas marcadas en una mesa de póker: favoreciendo sus propios intereses y pasando por alto los límites constitucionales.
La decisión bloqueaba aranceles del 30 % contra China, del 25 % a productos de México y Canadá, y un 10 % casi general a la mayoría de las importaciones a EE.UU. Pero curiosamente, dejaba intactos los gravámenes más jugosos: los del 25 % al acero, aluminio, autos y autopartes. ¿Proteccionismo selectivo o jugada estratégica? Usted saque sus conclusiones.
El expresidente, por su parte, había sacado pecho el 2 de abril anunciando aranceles de alto calibre: 20 % a la Unión Europea y un 10 % a medio planeta. Pero apenas una semana después, con los mercados tambaleándose como borrachos en plena recesión, se echó para atrás… aunque no del todo. Suspendió los aranceles más altos por 90 días —una jugada para negociar sin quedar mal— y mientras tanto, aplicó un 10 % suavecito a más de 75 países que se acercaron a “dialogar” con Washington sin armar bulla.
¿Fue eso diplomacia o chantaje bien envuelto? A juzgar por los resultados, Trump sigue jugando su ajedrez comercial a base de amenazas, pausas calculadas y muchos, muchos signos de dólar.
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