Falla en el AILA: apagón que daña la imagen del país
-Un colapso de más de nueve horas en el AILA deja varados a pasajeros y abre un campo de batalla político-
Redaccion de TeclaLibre
El domingo pasado, el Aeropuerto Internacional de Las Américas (AILA), puerta de entrada principal de la República Dominicana, quedó a oscuras. Una falla eléctrica de casi diez horas paralizó operaciones, obligó a los pasajeros a desembarcar por escaleras bajo un sol inclemente y dejó los equipajes en manos de operarios improvisados. Seis vuelos desviados, cancelaciones múltiples y cientos de viajeros atrapados en una terminal que parecía retroceder a mediados del siglo pasado.
El lunes, el presidente Luis Abinader reaccionó con contundencia: calificó el hecho de “totalmente inaceptable” y prometió consecuencias si se comprueba negligencia. Ordenó una investigación inmediata al ministro de Obras Públicas y presidente de la Comisión Aeroportuaria, Eduardo Estrella, quien convocó de urgencia al consejo del organismo para revisar el informe técnico.
La oposición, como era de esperarse, aprovechó el apagón para encender su discurso. Desde Nueva York, el expresidente Leonel Fernández lo definió como un “desprestigio internacional” que hiere el alma del país y dejó entrever que el gobierno luce más apagado que el propio aeropuerto. Diputados de la Fuerza del Pueblo repitieron el coro: la imagen de la nación queda golpeada en un mercado tan competitivo como el turismo.
Mientras tanto, Aerodom se defendió alegando que realiza remodelaciones y que la sustitución de un generador provocó la segunda interrupción, ya de madrugada. Pero los testimonios de los pasajeros cuentan otra historia: horas de incertidumbre, cancelaciones encadenadas, itinerarios improvisados y noches enteras varados en sillas de espera.
El caso del pasajero Ángel Lory es una muestra: tres cambios de horario en un día, siete en total entre domingo y lunes. Otros, como Miguelina Mercedes o Porfirio Aquino, vivieron la odisea de vuelos cancelados sin explicaciones claras. La dominicana Cristal Díaz, rumbo a Newark, tuvo que aceptar un itinerario con escalas no previstas, una pesadilla que la convirtió en rehén de la falta de previsión.
El apagón del AILA no es un simple fallo eléctrico: es una metáfora peligrosa. Un país que quiere mostrarse como hub de turismo y conexión aérea en el Caribe no puede darse el lujo de que su aeropuerto insignia se quede sin luz y sin plan de contingencia. Lo ocurrido en Las Américas es más que una falla técnica: es un cortocircuito en la gestión y en la confianza internacional.
La pregunta que queda flotando es simple, pero demoledora: ¿quién apagó al AILA… la electricidad o la negligencia?
-Luis Rodriguez Salcedo para TeclaLibre-
rodriguezsluism9@gmail.com https://teclalibremultimedios.com/category/portada/
