-¿Guerra de egos sobre ruedas? Trump le corta la corriente a Elon Musk-
Por Luis Rodríguez Salcedo
En un giro digno de una telenovela política, Donald Trump ha propuesto una ley presupuestaria que elimina los créditos fiscales para la compra de vehículos eléctricos, una medida que ha encendido las alarmas en el sector automotriz y ha desatado una tormenta mediática.
La sorpresa no solo radica en el contenido de la propuesta, sino en el momento elegido para presentarla: justo después de que Elon Musk, CEO de Tesla y excolaborador de Trump, criticara abiertamente el plan fiscal del presidente y sugiriera su implicación en los archivos de Epstein .
Este enfrentamiento ha escalado rápidamente, con Trump amenazando con cancelar los contratos gubernamentales con las empresas de Musk, como SpaceX y Starlink, y Musk respondiendo con acusaciones aún más graves. La tensión ha tenido repercusiones inmediatas en el mercado, con una caída del 14 % en las acciones de Tesla y una disminución de más del 8 % en la cotización de Trump Media.
La eliminación de los créditos fiscales de 7.500 dólares para la compra de vehículos eléctricos, que habían sido implementados durante la administración Biden, afecta directamente a Tesla y a otros fabricantes de automóviles eléctricos . Sin embargo, Musk ha declarado anteriormente que eliminar estos subsidios perjudicaría más a sus competidores que a Tesla, que ya tiene una posición dominante en el mercado .
La relación entre Trump y Musk, que alguna vez fue cordial, parece haberse deteriorado irremediablemente. Musk, quien fue nombrado Co-Director del Departamento de Eficiencia Gubernamental por Trump, ahora se encuentra en una disputa pública con el presidente . La pregunta que muchos se hacen es si esta medida presupuestaria es una política económica legítima o una venganza personal disfrazada de reforma fiscal.
En este contexto, la eliminación de los créditos fiscales para vehículos eléctricos no solo tiene implicaciones económicas, sino que también refleja las tensiones políticas y personales en la cima del poder estadounidense. La batalla entre Trump y Musk continúa, y sus consecuencias podrían redefinir el futuro de la industria automotriz y la política energética en Estados Unidos.
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