Redaccion Teclalibre
Washington– La guerra entre el presidente Donald Trump y el magnate Elon Musk ha entrado en modo nuclear. Lo que empezó como una discusión sobre política energética, ha mutado en un combate frontal, con amenazas de deportación incluidas. Y todo gira en torno al monstruoso proyecto de ley de Trump, apodado por él mismo como el “One Big Beautiful Bill Act”, pero que Musk prefiere llamar “el partido del cerdo Porky”.
Desde su cuenta de X, Musk se lanzó en picada contra el proyecto que busca aumentar el techo de la deuda en 5 billones de dólares, eliminando subsidios verdes y enterrando de paso el impulso a los vehículos eléctricos:
“Vivimos en un país de un solo partido: ¡el Porky Pig Party!”
“Si esto se aprueba, formaremos un nuevo partido: el Partido América. Necesitamos una alternativa real”, anunció el hombre de Tesla, que dejó entrever su intención de desafiar el unipartidismo republicano-demócrata.
Trump: “Que se regrese a Sudáfrica”
La respuesta de Trump llegó, como siempre, cargada de pólvora:
“Elon quizás reciba más subsidios que cualquier ser humano en la historia… sin eso, tendría que cerrar el negocio y regresar a Sudáfrica.”
¿Deportarlo? La prensa no dejó pasar la ocasión. Consultado al respecto, Trump dejó caer la bomba: “No lo sé… tendremos que echarle un vistazo.” ¿El DOGE contra Musk?
Trump advirtió además que podría poner a trabajar al DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental, donde Musk colaboró meses atrás) para auditar los negocios del empresario: “DOGE podría tener que regresar… y comerse a Elon.”
Musk, por su parte, no se quedó callado: “¿Cómo vamos a llegar a Marte si quebramos como país?”
“¿De qué sirve que DOGE ahorre 160 mil millones si este proyecto de ley infla la deuda en 5 billones?”
También lanzó una encuesta en X preguntando si debía permitirse al presidente desfinanciar el cumplimiento de órdenes judiciales con esta ley. Más de 300 mil personas votaron, y el 70 % dijo que no.
Y sobre la amenaza de deportación, Musk, fiel a su estilo entre irónico y provocador, respondió con una frase que ya es tendencia: “Tan tentador escalar esto. Tan, tan tentador. Pero me abstendré… por ahora.”
En Teclalibre nos preguntamos:
¿Estamos viendo un duelo entre el emperador populista y el emperador tecnológico? ¿O solo es otro capítulo del circo donde el poder y el ego se dan la mano para distraer mientras se reparten el pastel? Por lo pronto, el DOGE… ¡ladra!
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