Hace 100 días, Donald Trump llegó a la Presidencia de Estados Unidos gracias, entre otras, a la promesa de sacudir el sistema migratorio y expulsar a millones de personas en situación irregular del país. Aunque los números no benefician la retórica de las deportaciones masivas, la nueva política migratoria ha materializado los peores miedos de la comunidad migrante, hasta en aquellos a los que prometió no tocar.
