-Abinader en la ONU: Haití como urgencia, justicia climática y la sobrevivencia del multilateralismo-
Naciones Unidas. – El presidente dominicano Luis Abinader tomó la palabra este miércoles en la Asamblea General de la ONU con un discurso que combinó advertencias, reclamos y propuestas en un momento de evidente fragilidad internacional. Desde el inicio, enmarcó su intervención en el 80 aniversario de la organización, recordando que de las cenizas de la guerra nació el multilateralismo, pero advirtiendo que hoy corre el riesgo de caer en la irrelevancia.
Fiel a la línea que ha sostenido en los últimos años, Abinader puso a la crisis haitiana en el corazón de su discurso. Calificó al vecino país como una “tragedia humana sin precedentes” y reafirmó que las bandas criminales que dominan territorios han sido reconocidas como terroristas tanto por Santo Domingo como por Washington.
Denunció que la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) sigue sin tener los efectivos ni el financiamiento necesarios para restablecer el orden. De ahí su llamado urgente al Consejo de Seguridad, y en particular a los cinco miembros permanentes, a aprobar la resolución presentada por Panamá y Estados Unidos que transformaría la MSS en una fuerza robusta bajo coordinación directa de la ONU. “Cada día de inacción aleja la solución a la crisis”, dijo, recordando que el mandato de la misión expira el 2 de octubre.
Al mismo tiempo, Abinader trazó una línea roja: República Dominicana seguirá protegiendo sus fronteras y no asumirá sola el peso de un colapso que “desborda cualquier capacidad nacional”.
El mandatario no se limitó a hablar de Haití. Con tono crítico, denunció que la ONU sufre una crisis financiera y de credibilidad que amenaza con convertirla en un “ritual nostálgico” en lugar de un espacio real de soluciones. Defendió la iniciativa ONU80 como oportunidad para reformar estructuras y revitalizar mandatos, e hizo un gesto simbólico: propuso que el próximo secretario general sea una mujer latinoamericana o caribeña, capaz de renovar el liderazgo con visión e independencia.
Otro eje fue el cambio climático y la vulnerabilidad caribeña. Abinader usó el ejemplo del sargazo, que afecta la salud, el turismo y los medios de vida en las islas, para exigir financiamiento accesible y transferencia tecnológica como parte de la justicia climática.
En lo económico, denunció que la arquitectura financiera global sigue castigando a los países en desarrollo, y reclamó un “nuevo pacto financiero internacional” que incluya alivio de deuda y acceso a fondos concesionales. Recordó como logro que en República Dominicana la pobreza moderada se redujo de 25.8 % en 2019 a 18 % en 2025, y que la subalimentación cayó a 3.6 %. Sin embargo, advirtió que sin reformas profundas, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) quedarán en papel mojado.
El discurso se cerró con un tono casi poético: la ONU no debe limitarse a registrar crisis, dijo, sino ser “brújula en la tormenta y faro en la noche”. Llamó a evitar que el mundo siga siendo “un plano trazado por unos pocos arquitectos, habitado por millones de inquilinos”, y convocó a un pacto común por la paz y la equidad.
Claves críticas del discurso de Abinader: Haití como prioridad absoluta, pero sin asumir responsabilidades en solitario. Crítica frontal al estancamiento de la ONU y llamado a una reforma con rostro latinoamericano y femenino. Justicia climática y nuevo pacto financiero como reclamos que vinculan al Caribe con los grandes debates globales. Equilibrio político: entre la denuncia de amenazas concretas y la aspiración a un orden internacional más justo.
Con esta intervención, el presidente dominicano se posiciona como uno de los líderes regionales más insistentes en el tema haitiano, pero también como un vocero caribeño de causas globales. La incógnita es si la ONU, en medio de su propia parálisis, escuchará esta advertencia dominicana.
-Luis Rodriguez Salcedo para TeclaLibre-
rodriguezsluism9@gmail.com https://teclalibremultimedios.com/category/portada/
