AL RAYÁN, Qatar (AP) — Mil partidos, un gol y clasificación a los cuartos de final del Mundial.
En una noche soñada de su capitán Lionel Messi, Argentina venció el sábado 2-1 a Australia y jugará la próxima instancia ante Holanda, una vieja conocida a las que se cruzó por última vez en 2014.
Julián Álvarez firmó el segundo gol albiceleste al comienzo del segundo tiempo, pero el equipo del técnico Lionel Scaloni sufrió en el tramo final tras el autogol de Enzo Fernández.
A los 35 minutos en el estadio Ahmad bin Ali, el Diez soltó la zurda y la pelota se coló entre las piernas del defensor Harry Souttar, el jugador más alto de esta Copa del Mundo con 1,98 metros, antes de meterse pegada al palo derecho del arquero Mathew Ryan.
“Fue un día difícil. Tuvimos muy poco tiempo de descanso”, dijo Messi, aludiendo a la corta pausa de dos días entre el último duelo de la fase de grupos y el arranque de la segunda ronda. “No nos llegamos a recuperar bien. Fue un partido muy físico. Feliz por esta victoria y por dar un pasito más”.
Al llegar al millar de partidos oficiales como profesional — debutó en 2004 con Barcelona — Messi gritó su tercer gol en Qatar y sumó nueve en cinco mundiales, superando a Diego Maradona. Messi, de 35 años, quedó a uno de la marca del delantero Gabriel Batistuta, máximo artillero argentino en Copa del Mundo.
En su quinto Mundial, Messi finalmente anotó un gol en partidos de la fase de eliminación directa.
“Lo que hace es simplemente asombroso”, dijo el técnico australiano Graham Arnold.
A poco de comenzado el segundo tiempo, a los 57 minutos, el arquero australiano intentó salir jugando ante la presión del argentino Rodrigo De Paul y no advirtió la presencia de la “Araña” Álvarez, que le robó la pelota y definió mordido con un remate de media vuelta con la derecha. Fue el segundo grito del atacante del Manchester City en el certamen.
“Una alegría enorme, siempre trato de dar lo mejor para ayudar desde donde me toque”, dijo el delantero de 22 años, que también se rindió ante su capitán. “Impresionante, no sólo por el gol, sino la actuación que tuvo todo el partido. En los últimos minutos fue muy importante. Pero no nos sorprende, sabemos lo que es Leo”.
Australia descontó a los 77 cuando un zurdazo a la carrera de Craig Goodwin terminó en el autogol de Fernández.
“Hoy nos encontramos con un rival muy difícil”, analizó Scaloni. ”Ellos hacen una presión asfixiante. Nos costó, sobre todo, en el primer tiempo. En el descanso corregimos y creo que el equipo no mereció sufrir los últimos minutos, tuvimos para ampliar la diferencia”.
Por cuarto partido consecutivo, Argentina no repitió equipo. El delantero Ángel Di María, que debió salir por una contractura muscular en la victoria ante Polonia hace dos días, no se recuperó y fue reemplazado por Alejandro Gómez.
El equipo de Scaloni tuvo el monopolio de la pelota, pero no le resultó sencillo quebrar a una Australia que la esperaba replegada en su campo. La ausencia del extremo de la Juventus le restó desequilibrio por las bandas y por momentos abusó de pases laterales intrascendentes.
Fastidiado, Messi le reclamó a sus compañeros adelantarse más en el campo para forzar el error del rival. Minutos después, la “Pulga” rompería la monotonía del partido con una de sus clásicas definiciones.
Argentina encontró el segundo gol gracias a una mala salida del arquero Ryan, justo al cumplir su décimo partido en mundiales. El central Kye Rowles jugó con Ryan, quien ante la presión de De Paul en vez de tirar el pelotazo se enredó con la pelota. Álvarez olió sangre y facturó.
Australia, que venía de dos victorias con la valla invicta en su zona para igualar su mejor actuación en mundiales — octavos de final en Alemania 2006 — se encontró de nuevo en partido con el autogol de Fernández.
Y Argentina le siguió dando oxígeno con los goles desperdiciados por Lautaro Martínez, el atacante que perdió el puesto ante Álvarez en la victoria 2-0 ante Polonia que les permitió quedar primeros en el Grupo C.
En una desesperada reacción, los Socceroos tuvieron una última en la agonía del descuento cuando un disparo a quemarropa del juvenil Garang Kuol fue controlado por el arquero Emiliano Martínez.
“Creo que lo podríamos haber sentenciado”, se lamentó Messi. “Nos hicieron un gol de rebote. Quizás, sacando la última que tapa Dibu (Martínez) no sufrimos demasiado”.
La Albiceleste, campeón en 1978 y 1986, jugará ante Holanda — le ganó 3-1 a Estados Unidos — el viernes en el estadio Lusail por un lugar en las semifinales.
“Hay que seguir unidos, dimos un pasito más y ahora se viene una difícil también”, advirtió Messi sobre el próximo rival.
Los australianos, por su parte, se despidieron con la frente en alto.
“En la previa, la gente estaba diciendo que éramos la peor selección del Mundial y la peor selección de Australia de todos los tiempos”, señaló Arnold. “Ya eso quedó atrás”.
La mejor campaña australiana en un Mundial fue la de 2006 cuando alcanzaron los octavos de final y perdieron ante Italia, la eventual campeona.
Quizás sea una señal alentadora para Argentina, de menos a más tras la inesperada derrota ante Arabia Saudí en su estreno.
En cuanto a Messi, el artillero llegó a los 789 goles en una carrera que apunta a la final del 18 de diciembre con la mira puesta en alzar la Copa en el podría ser su último Mundial.