En Tawila, un campamento improvisado acoge a miles que escaparon de Al-Fashir tras su caída ante las Fuerzas de Apoyo Rápido. Más de 65.000 personas han huido, denunciando ejecuciones, violaciones y violencia étnica. Muchos encontraron cuerpos sin enterrar en su camino. La Corte Penal Internacional advirtió que los crímenes en Al-Fashir podrían considerarse de guerra y de lesa humanidad. Los combates también se intensifican en Kordofán, otro bastión militar clave.
Más de 65.000 sudaneses huyen de la violencia mientras la ONU pide una acción urgente
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