El senador estadounidense Marco Rubio visitó Panamá recientemente, en un contexto de creciente tensión entre Estados Unidos y China por la influencia en América Latina. Tras la visita, el gobierno panameño ha dado señales de distanciamiento con Beijing, lo que podría marcar un cambio en su política exterior.
Desde que Panamá estableció relaciones diplomáticas con China en 2017, el gigante asiático ha aumentado significativamente sus inversiones en el país, incluyendo proyectos estratégicos como puertos, infraestructura y telecomunicaciones. Sin embargo, la creciente presión de Washington, que ve a China como una amenaza geopolítica en la región, parece estar influyendo en la postura panameña.
Durante su visita, Rubio enfatizó la importancia de fortalecer la relación entre Panamá y Estados Unidos, especialmente en materia de seguridad y comercio. Además, advirtió sobre los riesgos de la influencia china en sectores clave de la economía panameña.
Si bien el gobierno de Panamá no ha anunciado formalmente una ruptura con China, algunas decisiones recientes sugieren un enfriamiento de la relación, como la revisión de contratos con empresas chinas y un acercamiento a Washington en términos de cooperación económica y militar.
Este posible giro en la política exterior de Panamá refleja la creciente disputa entre Estados Unidos y China por el liderazgo en América Latina, una región estratégica en la competencia global entre ambas potencias.