La Arremetida del ‘Tío Sam’ y el ‘Rezago’ Español en la OTAN: ¿Reprimenda o Rapiña?
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a poner el dedo en la llaga, esta vez con destino a Madrid. La Casa Blanca se ha convertido en el escenario de una nueva andanada contra España por su supuesto «incumplimiento» del objetivo de gasto en defensa de la OTAN. Sin embargo, la cifra que esgrime el mandatario, un estrambótico 5% del PIB, dista mucho del compromiso real de la Alianza Atlántica y expone la dura pugna que se libra en la retaguardia geopolítica.
Del 2% al Caprichoso 5%
El meollo del asunto no reside en si España gasta o no en defensa, sino en cuánto. El objetivo de la OTAN, acordado por los aliados en 2014 y reiterado ante la escalada de tensiones globales, es destinar el 2% del Producto Interno Bruto (PIB) al presupuesto militar. España, que tradicionalmente ha sido uno de los miembros con menor inversión relativa (alrededor del 1.3% del PIB en 2024, según la ‘cuenta OTAN’), se ha comprometido a alcanzar ese 2% para el año 2029.
Pero en la cumbre de la OTAN del verano pasado, un sector de los aliados, con Trump y el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, a la cabeza, impulsaron una propuesta para elevar el gasto mínimo al 5%.
España fue el único país que se opuso abiertamente a ese drástico aumento, pactando, según el Gobierno, una vía flexible que prioriza el cumplimiento de los Objetivos de Capacidades militares. Madrid insiste en que el compromiso del 5% no es razonable ni vinculante.
El inquilino de la Casa Blanca ha calificado la postura española de «desleal» y «muy irrespetuosa» hacia el resto de aliados, sugiriendo incluso la expulsión o la imposición de aranceles.
Las críticas de Trump, vertidas en su encuentro con el líder ucraniano Volodímir Zelenski, no son nuevas, pero sí recurrentes. El presidente estadounidense ha dejado claro que ve el «incumplimiento» español como una injusticia que le permite al país ibérico obtener protección automática «por un precio de saldo».
¿Reprimenda o Negocio? El Doble Filo de la Presión
El tono de Trump, al sugerir una «reprimenda» a España, es menos una preocupación por la seguridad colectiva y más un golpe de presión económica en toda regla.
Un aumento tan espectacular en el gasto militar se traduciría en miles de millones de euros destinados, en gran parte, a la compra de armamento estadounidense. De hecho, España ya ha disparado la compra de armas a EE. UU. en los últimos años, con un gasto histórico que beneficia directamente al complejo militar-industrial norteamericano. La exigencia del 5% es, para muchos analistas, una táctica negociadora excesiva cuyo fin real es asegurar jugosos contratos para Washington.
Acusar a España de «deslealtad» es un dardo envenenado. El Gobierno español argumenta que compensa su menor gasto relativo con una intensa participación en misiones de la OTAN en lugares clave como Letonia, Eslovaquia y Turquía, además de albergar bases militares cruciales de EE. UU. (Rota y Morón). Es decir, Madrid aporta activos estratégicos que no siempre se reflejan en la métrica del PIB.
La presión de Trump también saca a la luz una realidad: España sigue a la cola en el gasto en defensa dentro de la OTAN. Aunque el país está incrementando su inversión (pasando del 0.92% del PIB en 2014 al 1.28% en 2024), sigue muy por debajo de la media de la Alianza y, por supuesto, del objetivo real del 2%.
El desafío del Gobierno de Pedro Sánchez no es solo lidiar con la retórica incendiaria de Trump, sino encontrar el camino para aumentar el gasto militar —un tema polémico internamente— sin comprometer otras partidas sociales, y al mismo tiempo, justificar ante sus aliados por qué sus contribuciones estratégicas (como las bases y la participación en misiones) deberían tener un mayor peso en el cómputo de sus obligaciones atlánticas.
Al final, la «reprimenda» propuesta por Trump es un recordatorio de que la OTAN no es solo una alianza de seguridad, sino un club con cuotas de socio que se han vuelto cada vez más caras. Y en la mesa de negociación, el ‘Tío Sam’ sigue siendo el más ruidoso.
-Luis Rodriguez Salcedo para TeclaLibre-
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