-República Dominicana al borde de una guerra de identidades
Tres manifestaciones en una semana reavivan el debate sobre inmigración, soberanía e identidad nacional-
Por Luis Rodriguez Salcedo
SANTO DOMINGO — La República Dominicana se encamina hacia una semana cargada de tensión social y confrontación ideológica. Tres grupos con visiones diametralmente opuestas sobre la identidad nacional y la inmigración han convocado manifestaciones que prometen sacudir el panorama político y social del país.
El próximo miércoles 24 de abril, el movimiento nacionalista Antigua Orden Dominicana (AOD) marchará en la capital en contra de la inmigración ilegal, especialmente la de origen haitiano, bajo el grito de “¡República Dominicana para los dominicanos!”. Los organizadores aseguran que la soberanía del país está en riesgo por lo que llaman una “invasión silenciosa”, y acusan a organismos internacionales de impulsar una agenda fusionista.
Tres días después, el sábado 27, el empresario mediático Santiago Matías “Alofoke” liderará otra concentración en Punta Cana, en “defensa de la dominicanidad”. Aunque con un tono menos radical, Alofoke ha dicho que el país debe proteger su identidad cultural y no permitir que intereses externos la diluyan.
Pero el tercer frente lo encabezan dominicanos de ascendencia haitiana que, en respuesta a estas manifestaciones, anuncian una movilización hacia el Palacio Nacional para exigir reconocimiento y respeto a sus derechos. Alegan ser víctimas de apatridia, discriminación y exclusión social desde la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional que los dejó sin nacionalidad.
Las redes sociales arden. Los debates son cada vez más hostiles y el temor a un enfrentamiento físico entre grupos rivales crece. En este ambiente crispado, el gobierno ha guardado silencio, aunque se espera que emita una postura oficial en los próximos días.
Los analistas coinciden en que lo que está ocurriendo es mucho más que una serie de marchas: es un pulso por el alma de la nación. En juego están conceptos fundamentales como patria, ciudadanía, legalidad y derechos humanos.
Para la AOD y sectores conservadores, la lucha es por frenar una supuesta pérdida del control territorial y preservar la cultura nacional.
Para los manifestantes de origen haitiano, se trata de recuperar una identidad que les ha sido negada pese a haber nacido en suelo dominicano.
Para figuras como Alofoke, la lucha es también simbólica y política: definir qué significa ser dominicano en el siglo XXI.
La semana del 24 al 30 de abril podría marcar un antes y un después en la historia reciente del país. ¿Prevalecerá la confrontación o surgirá un espacio para el diálogo? Por ahora, todo apunta a un abril caliente, donde el orgullo nacional y los derechos humanos se enfrentarán cara a cara.