-¿Es Leonel el candidato de Abinader para 2028? Rumor, estrategia y conveniencia detrás de una narrativa instalada en la política dominicana-
En corrillos políticos, programas de opinión y hasta en voces cercanas al gobierno y la oposición, se repite una frase provocadora: “Leonel Fernández es el candidato de Abinader para 2028”. ¿De dónde surge, qué datos reales existen y por qué conviene a varios actores mantener viva esta idea?
En el rumor que prende en la comentocracia, la tesis nace en programas de opinión y redes, donde analistas plantean que al oficialismo le sería más cómodo enfrentar a Leonel que a un liderazgo opositor renovado. La repetición ha convertido la hipótesis en parte del debate público.
Los “signos” que alimentan la especulación proceden de encuestas donde Leonel aparece como opositor más competitivo, y en encuentros institucionales Abinader–Leonel (temas haitianos, cumbres) que generan lecturas políticas.
El oficialismo mantiene disciplina interna, mientras la oposición se mueve con más libertad. La fragmentación PLD–FP favorece al gobierno y proyecta a Leonel como único polo opositor visible.
Lo que realmente está claro es que no existe ningún pacto ni “bendición” oficial. Abinader y Leonel chocan con frecuencia en el plano discursivo.
En el PRM ya se mueven figuras presidenciables (Collado, Sanz Lovatón, etc.), lo que evidencia competencia interna real.
Esta narrativa le permite al PRM medir su sucesión contra un rival conocido y con negativos consolidados. A la Fuerza del Pueblo, FP, le garantiza que Leonel siga en el centro de la conversación, preservando poder frente a nuevas figuras como Omar Fernández.
Al oficialismo le conviene enfrentar a alguien conocido. El diálogo en crisis nacionales se confunde con “guiños electorales”. La división PLD–FP garantiza ventaja al PRM sin necesidad de alianzas extrañas.
Mientras tanto, hay signos que desmienten la “bendición”: Las críticas públicas y constantes entre Abinader y Leonel y los movimientos internos en el PRM que contradicen la idea de un “dedo” externo.
Mirando hacia 2028, hay que esperar la definición de reglas y el calendario en el PRM, la decisión de Leonel de oficializar o no su candidatura, y una posible recomposición o fractura definitiva entre PLD y FP.
Cada encuentro institucional Abinader-Leonel será leído políticamente, aunque responda a la gobernabilidad.
La frase “Leonel es el candidato de Abinader” no pasa de ser una narrativa estratégica y útil para todos los actores. No hay evidencia de pacto, pero sí intereses cruzados que hacen funcional mantener la idea en la esfera pública.

