Los eventos ocurridos el 28 de febrero de 2025, durante una reunión en el Despacho Oval entre el presidente estadounidense Donald Trump, el vicepresidente J.D. Vance y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, sugieren la ocurrencia de una emboscada de parte de los anfitriones. Esta reflexión surge de la cobertura mediática y las reacciones en redes sociales tras un encuentro que derivó en una discusión pública tensa y sin precedentes.
El propósito oficial de la reunión era avanzar en un acuerdo sobre la explotación de minerales críticos de Ucrania por parte de Estados Unidos, como contrapartida al apoyo estadounidense en la guerra contra Rusia, y discutir posibles negociaciones de paz. Sin embargo, lo que comenzó como una comparecencia protocolaria ante la prensa se convirtió en un enfrentamiento verbal televisado.
Trump y Vance reprocharon a Zelenski su supuesta falta de gratitud por la ayuda estadounidense, mientras que Zelenski defendió su postura, cuestionando la viabilidad de la diplomacia con Rusia propuesta por Vance, dado el historial de incumplimientos de Putin.
¿Fue una «emboscada»?
El término «emboscada» implica una acción premeditada y coordinada para sorprender o acorralar a alguien desprevenido.
La tensión escaló cuando Vance intervino para defender un enfoque diplomático hacia Rusia, y Zelenski respondió cuestionando su efectividad, citando la anexión de Crimea en 2014 y el incumplimiento de acuerdos previos. Esto provocó una reacción airada de Vance, quien acusó a Zelenski de «irrespetuoso», seguida por Trump, quien elevó el tono con frases como «no tienes cartas» y «estás jugando con la Tercera Guerra Mundial». La intensidad y el tono de los reproches, frente a las cámaras, sugieren que Zelenski fue puesto en una posición defensiva inesperada.
Algunos analistas y medios, como France 24 y EL PAÍS, han sugerido que el intercambio pudo ser una «coreografía planeada» para presionar o humillar a Zelenski. Por ejemplo, se menciona que Trump comenzó el encuentro con comentarios sarcásticos sobre la vestimenta de Zelenski, lo que podría interpretarse como un intento inicial de desestabilizarlo.
Además, la presencia de Vance, quien rara vez toma la iniciativa en reuniones públicas, y su inmediata alineación con Trump refuerzan la idea de una estrategia conjunta. Sin embargo, no hay evidencia documental, como declaraciones oficiales o filtraciones, que puedan confirmar que esto fue planeado explícitamente como una trampa.
Desde el lado de Zelenski, su delegación y algunos comentaristas ucranianos (como Illia Ponomarenko en EL PAÍS) percibieron el episodio como una «encerrona». La embajadora ucraniana y un asesor habrían salido «prácticamente llorando», según Mike Waltz en Fox News, lo que indica que el equipo de Zelenski no anticipó la hostilidad. Esto apoya la narrativa de una emboscada desde su punto de vista, aunque podría también reflejar una subestimación de las tensiones preexistentes.
Trump y Vance justificaron su postura afirmando que Zelenski estaba siendo «desagradecido» y que su actitud obstaculizaba la paz. Waltz, asesor de seguridad nacional, negó categóricamente que fuera una emboscada, insistiendo en que la Casa Blanca esperaba firmar el acuerdo y que la ruptura fue culpa de Zelenski por no ceder. Esto sugiere que, desde la perspectiva estadounidense oficial, el enfrentamiento fue una reacción espontánea a las palabras de Zelenski, no un plan premeditado.
En X, las opiniones están divididas. Algunos usuarios, como @FGarin0065 y @IsabelB78314293, respaldan la idea de una emboscada, destacando la desproporción de la reacción de Trump y Vance frente a un Zelenski visiblemente acorralado. Otros, como @poppericus y @22xTJuan, argumentan que Zelenski provocó la situación al desafiar públicamente a Vance, y que Trump y Vance simplemente respondieron con autoridad para no quedar debilitados ante su audiencia doméstica.
La noción de «emboscada» depende del lente interpretativo. La coordinación entre Trump y Vance, el tono agresivo desde el inicio, incluso antes de la discusión principal, y la percepción de Zelenski como un líder en desventaja sugieren que pudo haber sido un esfuerzo deliberado para presionarlo a aceptar las condiciones estadounidenses (rendición ante Rusia y cesión de recursos) o humillarlo públicamente. La cancelación de la rueda de prensa conjunta y la salida abrupta de Zelenski refuerzan esta idea.
Pudiera decirse que no hay pruebas concretas de premeditación más allá de las especulaciones. Las tensiones entre Trump y Zelenski datan de años atrás, como el escándalo del impeachment de 2019, y la postura de Trump de priorizar la paz rápida con Rusia ya era conocida. El choque pudo ser una escalada espontánea de diferencias irreconciliables, exacerbada por la presencia de la prensa.
Es plausible que Trump y Vance hayan «emboscado» a Zelenski en un sentido táctico, aprovechando la reunión para imponer su narrativa y debilitar su posición negociadora, especialmente ante los ojos del público estadounidense. Sin embargo, sin evidencia directa de un plan explícito, también podría interpretarse como una reacción improvisada a un desafío percibido de Zelenski.
Lo cierto es que el encuentro marcó un punto de inflexión en las relaciones entre Washington y Kiev, dejando a Ucrania en una posición más vulnerable y a Trump reafirmando su postura pro-rusa. La reflexión captura un sentimiento real de desequilibrio de poder, pero el término «emboscada» podría ser más metafórico que literal, reflejando la percepción de una trampa emocional y diplomática más que una conspiración minuciosamente orquestada.
LRS