InicioARTE Y CULTURAMarta María Lamarche, 1900-1954

Marta María Lamarche, 1900-1954

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Marta María Lamarche (Tata) le decían sus sobrinos,  nació con el siglo XX, ha sido calificada como la «Poetisa de América», era feminista, poeta, filántropo, nació en París, Francia, el 4 de marzo de 1900, su padre,  Juan Isidro Lamarche Pérez, se encontraba estudiando en la Sorbona un doctorado en Leyes, su madre era Elena Berta Josefina Darnet Beilly.

Contemporánea de Altagracia Saviñon (Tata), ambas se inspiraron en un vaso en el cual reflejan sus vidas, en ambas se siente la tristeza, las mujeres expresaban poco sus sentimientos y si acaso lo hacían en prosa poética, los escondían, guardaban celosamente para que nadie osara auscultar sus pensamientos, sentimientos, sensaciones.

Totalmente desconocidas, invisibilizadas las mujeres, en este tiempo, se están haciendo esfuerzos para ‘resucitarlas’; en el sector de la ciudad capital de República Dominicana, en el sector de La Castellana, un grupo de mujeres han iniciado una campaña para rotular sus calles con sus nombres.

Refiere la periodista Angela Peña, que Marta María Lamarche era de piel blanca, alta, de espíritu alegre, amistosa, tenía dificultad en una pierna, (coja), era amena, conversadora, expresiva, locuaz, devota del catolicismo, vivía en la calle Las Mercedes #101 asidua todas las tardes de la Iglesia de las Mercedes, fue amiga de Francisco Panal y de Fray Leopoldo.

Era pariente de Flérida de Nolasco, amiga de María Ibarra de Victoria, Celeste Woss y Gil, Livia Veloz, Amada Nivar de Pittaluga, Estervina Matos entre otras más.

Creó la Sociedad Cultural Católica Abside* con fines altruistas realizaba actividades artísticas, veladas musicales y literarias se recolectaban fondos para destinarlos a los ancianos desamparados.

Tuvo un programa dominical por la emisora HIZ.

Era culta, amante de las actividades culturales, poeta, pianista, licenciada en Filosofía y Letras de la Universidad de Santo Domingo.

* Abside es la bóveda sobresaliente del altar mayor de una iglesia

MI VASO, de Marta María Lamarche

En el agua estancada

del vaso de mi vida

hay reflejos del gran azul

con centellas de oro…las estrellas!

Y el verde del boscaje

y el pulmón blanco de las nubes

a veces, la hacen semejar

el cuadro de un exótico pintor.

Rebota el agua

cuando la brisa la acaricia fuerte,

y entonces, de mi gran vaso floral

se desparrama lo superfluo

y cae a tierra musitando quejas…

Me recordó a Tatá Saviñón y su vaso verde de flores tristes, de esperanzas muertas.

MI VASO VERDE, de Altagracia Saviñón, (1886-1942)

A Enriqueta E. Ellis

Mi vaso glauco, pálido y amado,

donde guardo mis flores predilectas,

tiene el color de las marinas algas,

tiene el color de la esperanza muerta…

Las flores tristes, las dolientes flores

en el agua del vaso se refrescan,

y bañan sus corolas pensativas

en una blanca idealidad de perlas.

Y luego se van lejos… se marchitan

abandonadas, pálidas, enfermas,

muy lejos del cariño de ese vaso

que es del color de la esperanza muerta.

Y cuando sola, pensativa, herida

por la eterna nostalgia,

siento un perfume triste, moribundo,

que llega hasta mi alma…

pienso en mis pobres flores, las marchitas,

las enfermas, dolientes y olvidadas,

que antes de marchitarse se despiden

tristísimas y trágicas

de ese vaso de pálidos reflejos

que es del color de las marinas algas…

Altagracia (Tatá ) Saviñon, y

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ESTA ANGUSTIA, de Marta María Lamarche

A mis hermanas Yetta y Gracita

Esta angustia que siega mi vida sin amor

como una mala mano que arranca una flor.

Esta angustia que apaga mi trémula canción

rota por los sollozos que ahoga el corazón.

Vida del ave implume que tiembla temorosa

de la mañana blanca y de la tarde rosa.

Un día primavera triunfa en su alba riente

y hay eclosión de rosas en el jardín naciente;

Mas, luego torna el látigo de la angustia

horrenda

a castigar la esclava que abandonó su senda.

Y por aquel desliz, el golpe lacerante

cae una vez y otra en la espalda sangrante.

Oh! la angustia que siega mi vida sin amor,

cual cierzo que aniquila débil e inútil flor…

Y recuerdo a Salomé Ureña y sus Angustias, sus penas, sus quejidos de amor, lágrimas, agonías, ansiedad, corazón agonizante, miedo siente la madre y maestra y poeta que estaba al frente del Instituto de Señoritas, enferma y muere en la plenitud de su vida… en ese tiempo la gente moría siendo joven, aún no había cura para enfermedades como la tuberculosis y otras bacterianas.

El poema Angustias de Salomé muestra la soledad de criar a sus hijos sin su amado esposo Francisco Henríquez y Carvajal, estaba estudiando medicina en París.

ANGUSTIAS, de Salomé Ureña, 1850-1895

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ANGUSTIAS, de Salomé Ureña, 1850-1895

(A mi esposo, ausente en Europa)

Torna a morir el sol. Así pasando

van de tu ausencia los terribles días,

en mi semblante pálido marcando

la huella de profundas agonías.

Torna a morir el sol. El hogar mío

de arpegios infantiles está lleno;

pero rueda del párpado sombrío

una rebelde lágrima a mi seno.

¡Podré, cuando regreses a mi lado,

rico de porvenir, rico de ciencia,

presentarte el tesoro inmaculado

de este grupo de amor y de inocencia?

¡Yo no lo sé! Cuando la muerte lanza

su aliento destructor sobre este suelo,

desfallece en mi pecho la esperanza

y me finge el terror mi hogar en duelo

Yo no he visto en los círculos de Dante

más terrible ansiedad, más cruel angustia;

se rinde el corazón agonizante,

y el alma siento desolada y mustia.

¡Y tú sufres también! También los brazos

extiendes a tu hogar con el deseo,

y luchas del deber entre los lazos,

cual otro encadenado Prometeo.

¿Por qué dejé que tan prolija ausencia

así emprendieras en momento aciago,

si me siento morir sin tu presencia,

si en todo miro aterrador amago?

¿Si miramos los dos, lentas y frías,

entre duda y afán pasar las horas,

sin que calmen futuras alegrías

las nubes del pesar abrumadoras?

Imposible vivir así, llevando

la angustia en el espíritu, la muerte;

imposible vivir agonizando,

sin luz el mundo y la existencia inerte.

¡Acaba, llega! ¡Que el hogar sin calma

es de mis penas intimas remedo;

que tiemblo por los hijos de mi alma;

que la vida sin ti me causa miedo!

Para conocer más de Tata Saviñon, la tía de Don Mariano Lebrón Savinón, quien recientemente conmemoramos el 3 de agosto el centenario de su vida. Falleció el 31 de marzo de 1954 en la ciudad de Nueva York, EU.

Bibliografía:

«En desbocado símbolo: antología poética de Marta María Lamarche (1900-1954). Selección y estudio preliminar de Ángela Hernández.

https://poesiadominicana.jmarcano.com/i-l/lamarche/Don Eugenio Marcano en su página de poesía dominicana tiene su biografía.

Rosina Anglada

 

 

 

 

 

https://www.youtube.com/clip/UgkxfeRZQPNUMnlNOOtV0ORjV9zV9KE0pxKL

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