Por Simeón Arredondo
Poeta y escritor dominicano residente en España
Este 9 de mayo se cumplen 88 años del nacimiento en San Pedro de Macorís de René del Risco Bermúdez. Uno de los más grandes poetas dominicanos de todos los tiempos, y una de las voces más potentes y notables de la generación poética de post guerra. El autor de “El viento frío” pertenece además a todo una estirpe de poetas e intelectuales, todos con profundas raíces petromacorisanas. Recordemos que es hijo de la escritora América Bermúdez, nieto del poeta Federico R. Bermúdez, Bisnieto del escritor Luis Arturo Bermúdez y primo hermano del poeta, ensayista y narrador Federico Jovine Bermúdez.
La pluma, la voz y el coraje de René están sembrados en el seno de la sociedad, y ascienden a cada instante, marcando el noble sentimiento de los dominicanos. Por ello, entendemos que no ha muerto ni morirá.
En mi libro “Contracanto a Víctor Villegas” (Santo Domingo, Mediabyte, 2016) se incluye un poema que he titulado “No ha muerto René”, y que ahora reproduzco aquí para rendir un merecido homenaje a este respetable hombre de letras de nuestro pueblo.
No ha muerto René
Al bardo René del Risco Bermúdez
Es mentira.
No ha muerto René.
Si “el viento frío”
se levanta cada mañana
en diez millones de sonrisas,
y recorre cada campo
y cada ciudad de Quisqueya,
y anda en los pies descalzos
de los niños de esta tierra.
Si su canto brota
en los rincones de cada casa.
En la mirada amargada del cañaveral.
En el vuelo exhausto de las palomas.
En las alas descoloridas de las mariposas.
En los colores desgastados del arcoíris.
Y su bandera flota
en las fábricas,
en los barrios,
en los barcos,
en los parques.
Repito que es mentira.
No ha muerto René.
Si hay “una primavera para el mundo”
que viaja en cientos, miles, millones de palmadas
buscando paz para el universo.
Multiplicando abrazos y besos.
Desplegando banderas.
Abrazando el murmullo de la lluvia.
Poniendo colores a cada mañana.
Si sus versos laten aquí
hechos cantos de miel.
Rutas de amor.
Olas de libertad.
Mares de esperanza.
Entonces vuelvo y repito que es mentira.
No ha muerto René.