La Policía Internacional (Interpol) ha emitido este miércoles, 12 de marzo de 2025, una alerta amarilla para intensificar la búsqueda de Sukiksha Konanki, una joven indo-estadounidense de 20 años desaparecida desde el 6 de marzo en una playa privada del hotel Riu República en Punta Cana, República Dominicana. Konanki, estudiante de la Universidad de Pittsburgh y residente permanente de Estados Unidos, se encontraba de vacaciones por su receso de primavera cuando ocurrió su desaparición en circunstancias aún no aclaradas.
Sukiksha fue vista por última vez en la madrugada del 6 de marzo, alrededor de las 4:15 a.m., cuando imágenes de cámaras de seguridad la captaron ingresando a la playa junto a un grupo de siete personas, que incluía a cinco amigas de la universidad y dos hombres. Horas después, a las 5:55 a.m., las cámaras registraron a cinco mujeres y un hombre saliendo del área, pero Konanki no estaba entre ellos. Su ausencia fue reportada por sus compañeras al personal del hotel alrededor de las 4:00 p.m. de ese día, desencadenando una búsqueda masiva que involucra a múltiples agencias locales e internacionales.
La alerta amarilla de Interpol, solicitada por la Oficina del Sheriff del Condado de Loudoun, Virginia (donde reside la familia de Konanki), busca facilitar el intercambio de información entre países y alertar a las autoridades fronterizas sobre su identidad. Este paso refleja la creciente preocupación por el caso, que ha captado la atención internacional debido a la falta de avances concretos tras una semana de investigaciones.
La búsqueda, coordinada por el Sistema Nacional de Emergencias de República Dominicana, ha empleado drones, helicópteros, buzos, botes y perros rastreadores, enfocándose principalmente en el área costera de Bávaro y las aguas cercanas. Sin embargo, las autoridades no han encontrado rastros significativos de la joven, lo que ha llevado a su familia a cuestionar la hipótesis inicial de un posible ahogamiento y a exigir que se investiguen otras posibilidades, como secuestro o tráfico humano.
El caso ha sido complicado por inconsistencias en los testimonios de las personas presentes esa noche, incluido un hombre que, según fuentes, fue la última persona vista con Konanki. Este individuo, cuya identidad no ha sido revelada públicamente, afirmó que ambos ingresaron al agua y que una ola fuerte los sorprendió, tras lo cual él regresó a la playa y perdió contacto con ella. Las autoridades dominicanas han reentrevistado a este hombre y a otros testigos, incluyendo empleados del hotel, en un esfuerzo por esclarecer los hechos.
La emisión de la alerta amarilla por parte de Interpol subraya la gravedad del caso y la necesidad de una colaboración transnacional. Dado que Konanki es ciudadana india y residente permanente de Estados Unidos, el caso involucra a las autoridades de ambos países, así como a las de República Dominicana. La participación del FBI, el Departamento de Estado de EE.UU., la DEA y la Embajada de India demuestra un esfuerzo conjunto para resolver el misterio, pero también pone de relieve los desafíos de coordinar investigaciones en un destino turístico con alta rotación de visitantes extranjeros.
La solicitud de la alerta por parte del Condado de Loudoun indica que las autoridades estadounidenses no descartan que Konanki pueda haber sido trasladada fuera de República Dominicana, lo que amplía el alcance de la investigación y plantea preguntas sobre la seguridad en zonas turísticas populares.
Punta Cana es uno de los destinos turísticos más concurridos del Caribe, conocido por sus playas y resorts de lujo. Sin embargo, este incidente pone en tela de juicio la seguridad para los visitantes, especialmente en áreas privadas como la playa del hotel Riu República. El Departamento de Estado de EE.UU. mantiene una advertencia de nivel 2 para República Dominicana, señalando preocupaciones por crímenes violentos, incluyendo robos y asaltos. La desaparición de Konanki podría reforzar estas advertencias y afectar la percepción de seguridad en el país, con posibles repercusiones económicas para el sector turístico.
Además, testimonios de otros huéspedes sugieren que el hotel no proporcionó información clara sobre los riesgos de las corrientes marinas o las condiciones de la playa durante la noche, lo que podría derivar en cuestionamientos sobre las responsabilidades de los operadores turísticos en garantizar la seguridad de sus clientes.
La narrativa oficial dominicana ha priorizado la hipótesis de un ahogamiento accidental, apoyada en el relato del hombre que acompañaba a Konanki. Sin embargo, la ausencia de su cuerpo tras días de búsqueda intensiva en aguas cálidas —donde un cuerpo обычно aflora en menos de una semana— ha generado escepticismo.
El padre de Sukiksha, Subbarayudu Konanki, ha insistido en que su hija no habría sobrevivido más de tres días en el agua, sugiriendo que pudo haber sido víctima de un delito como secuestro o tráfico humano. La presencia de sus pertenencias (teléfono y billetera) con sus amigas refuerza esta teoría, ya que era inusual que ella las dejara atrás.
Por otro lado, las inconsistencias en los relatos de los testigos y la falta de evidencia de violencia dificultan llegar a una conclusión definitiva. La especulación pública, alimentada por la cobertura mediática y publicaciones en redes sociales, ha complicado aún más la investigación, llevando a las autoridades a pedir cautela para evitar conclusiones precipitadas.
El caso ha resonado profundamente en la comunidad de la Universidad de Pittsburgh y en el Condado de Loudoun, donde Konanki es descrita como una estudiante brillante y ambiciosa con aspiraciones de convertirse en médica. La angustia de su familia, que viajó a Punta Cana para presionar por una investigación más amplia, ha movilizado apoyo internacional, incluyendo declaraciones de solidaridad de la Embajada de India y el presidente dominicano, Luis Abinader, quien expresó su preocupación y afirmó que todas las agencias gubernamentales están involucradas.
La desaparición de Konanki evoca otros casos de turistas desaparecidos en destinos populares, como el de Natalee Holloway en Aruba en 2005, destacando la vulnerabilidad de los viajeros jóvenes en entornos festivos. Este incidente podría impulsar nuevas medidas de seguridad en República Dominicana, como mayor vigilancia en las playas durante la noche o advertencias más explícitas sobre los riesgos del océano.
La emisión de la alerta amarilla por Interpol marca un punto de inflexión en la búsqueda de Sukiksha Konanki, intensificando los esfuerzos para encontrarla y arrojando luz sobre las complejidades de un caso que combina misterio, cooperación internacional y preocupaciones de seguridad. Mientras las autoridades dominicanas y estadounidenses exploran todas las posibilidades —desde un accidente hasta un acto delictivo—, la familia y la comunidad global mantienen la esperanza de un desenlace positivo, aunque el tiempo y la falta de pistas concretas alimentan la incertidumbre. Este caso no solo busca respuestas sobre el destino de una joven, sino que también plantea preguntas críticas sobre la seguridad y la responsabilidad en el turismo internacional.
LRS