El segundo mandato de Donald Trump, que inicia hoy 20 de enero de 2025, se perfila con una agenda marcada por un populismo nacionalista intenso y una reestructuración significativa del gobierno federal.
En su discurso previo a la toma de posesión, Trump abogó por una «revolución del sentido común», destacando planes para deportaciones masivas, la imposición de aranceles elevados y la reducción del tamaño del gobierno federal. Este enfoque busca proyectar optimismo y confianza en el futuro de Estados Unidos, en contraste con su discurso de 2017 en la que hablaba de carnicería estadounidense.
Trump planea implementar el «Proyecto 2025», un plan radical diseñado para beneficiar a las élites económicas a expensas de la clase trabajadora. Este proyecto incluye:
- Permitir a los estados prohibir los sindicatos en el sector privado.
- Facilitar el despido de trabajadores que participen en acciones colectivas.
- Eliminar protecciones de horas extras y el salario mínimo federal.
- Recortar beneficios de seguro médico y jubilación para empleados federales.
- Desmantelar la financiación de la educación pública.
Estas medidas reflejan un esfuerzo por transformar profundamente la administración federal y el poder presidencial.
Trump ha manifestado su intención de desmantelar lo que denomina el «Estado Profundo», refiriéndose a las estructuras burocráticas que, según él, obstaculizan su agenda. Para ello, planea emitir un centenar de órdenes ejecutivas en sus primeras horas de mandato, enfocadas en revertir políticas de la administración anterior y consolidar su control sobre el aparato gubernamental.
La presidencia de Trump se compara con «un caballo en un hospital», destacando su estilo impredecible y su plan ideológico para desmantelar el sistema de pesos y contrapesos mediante numerosas órdenes ejecutivas. Analistas señalan que su enfoque podría beneficiar a una Europa debilitada y plantear desafíos en conflictos y tensiones comerciales. La gran incógnita es si Trump logrará imponer su agenda o si el sistema ofrecerá resistencia.
En resumen, el nuevo mandato de Donald Trump promete cambios significativos en la política interna y externa de Estados Unidos, con un enfoque en el nacionalismo económico, la reducción del gobierno federal y una reestructuración de las relaciones internacionales bajo la doctrina «America First».
Donald Trump ha utilizado el término «Estado Profundo» (Deep State) para referirse a una supuesta red de funcionarios gubernamentales, burócratas y actores de inteligencia que, según él, operan en las sombras para socavar su administración y su agenda política. Durante su primera presidencia (2017-2021), Trump y sus aliados afirmaron que estas fuerzas intentaban frenar sus esfuerzos de reforma, especialmente en áreas como la inmigración, la seguridad nacional y la política exterior.