¿Amenazó el exdirector del FBI a Trump con una foto de conchas marinas?
El exdirector del FBI James Comey publicó en su cuenta de Instagram una imagen de conchas marinas en la arena con el mensaje cifrado “86 47”. Minutos después, la borró. Pero ya era tarde: los screenshots volaron más rápido que los chismes en campaña electoral. La interpretación más escandalosa vino de sectores republicanos y aliados de Donald Trump (el presidente número 45), quienes aseguran que se trata de una amenaza directa contra el presidente número 47… que, como bien sabemos, es el propio Donald J. Trump.
Esto se interpreta como una amenaza porque en el argot militar estadounidense y en la jerga callejera, “86” puede significar “eliminar” o “matar”. Entonces, “86 47” se puede leer como “eliminar al 47”, es decir, “matar al presidente número 47”. ¿Casualidad lingüística o mensaje cifrado? Ahí está el picante del asunto.
Comey y Trump tienen historia: El exdirector del FBI fue despedido por Trump en 2017. Desde entonces, Comey se ha convertido en una figura crítica del expresidente, escribiendo libros y opinando públicamente en su contra. El trasfondo político es evidente.
¿Provocación o coincidencia? ¿Y si Comey solo estaba haciendo un guiño críptico a sus seguidores progresistas con un doble sentido? ¿O simplemente estaba jugando con números como quien deja un jeroglífico playero para sus fans? ¿Será que se le fue la mano con la ironía?
¿Censura preventiva o estrategia política? La rapidez con que se eliminó la imagen y se abrió una investigación sugiere que el tema es delicado, pero también revela cómo, en una era de guerra cultural y polarización política, hasta una imagen de conchas puede encender una hoguera mediática.
Pongámoslo así: si a cada político que lanza una indirecta cargada de dobles significados se le investiga por amenaza, no habría fiscales suficientes en Washington. Pero en este caso hay un juego más profundo: la narrativa de la victimización de Trump, donde cualquier gesto es interpretado como conspiración. Y Comey, que ya es un villano clásico para los “trumpistas”, podría estar saboreando el efecto simbólico de su publicación como quien lanza una piedra y esconde la mano… o la borra del feed.
¿Fue una amenaza velada, un chiste interno entre demócratas, o simplemente una jugada simbólica de quien conoce muy bien cómo manipular los nervios del sistema político? Cualquiera sea la verdad, Comey logró lo que parecía imposible: que unas conchas marinas se convirtieran en arma política de alto calibre.
Quién diría que la playa también es terreno de guerra electoral…
rodriguezsluism9@gmail.com