Miles de argentinos se congregaron en Buenos Aires desde la madrugada del sábado para rendir homenaje al papa Francisco, fallecido a los 88 años tras sufrir un derrame cerebral. La emotiva jornada comenzó en la madrugada con fieles portando velas en la Catedral Metropolitana y culminó con una misa exequial al aire libre en la Plaza de Mayo, presidida por el arzobispo Jorge García Cuerva.
Durante la ceremonia, García Cuerva destacó el compromiso del pontífice con los más vulnerables y su crítica a la exclusión social y la indiferencia. La misa contó con la presencia de autoridades políticas, líderes comunitarios y miles de fieles. Posteriormente, se realizó una procesión por lugares emblemáticos de la vida de Francisco, incluyendo hospitales, cárceles y barrios desfavorecidos como la villa 21-24.
El Club Atlético San Lorenzo, del cual Francisco era socio, también rindió homenaje al pontífice durante un partido de fútbol, donde los jugadores portaron camisetas con su imagen y el mensaje «Juntos por la eternidad».
La despedida en Argentina reflejó el profundo lazo entre Francisco y su país natal, especialmente con los sectores más vulnerables a quienes dedicó gran parte de su ministerio.