El presidente estadounidense, Donald Trump, calificó este jueves a Harvard de «antisemita y de extrema izquierda», días después de que más de 200 rectores universitarios acusaran al mandatario de interferir políticamente en la educación superior del país. El Partido Demócrata también pidió a Trump no usar el antisemitismo como arma política
El pronunciamiento del expresidente Donald Trump se inscribe en un contexto de alta polarización política en Estados Unidos, donde los temas de antisemitismo, libertad académica e ideología política se han vuelto campo de batalla entre conservadores y progresistas.
Trump responde así a una carta firmada por más de 200 rectores universitarios, quienes lo acusan de politizar la educación superior, lo cual refleja el creciente rechazo de las instituciones académicas hacia su estilo confrontativo. Al acusar a Harvard de antisemitismo, Trump apunta a una narrativa que busca presentar a las universidades como espacios dominados por una izquierda radical y hostil hacia Israel o el pueblo judío, lo cual es una generalización polémica y debatida.
El Partido Demócrata, por su parte, rechaza el uso del antisemitismo como herramienta política, señalando el riesgo de trivializar un tema tan sensible con fines partidistas. En esencia, esta controversia refleja una lucha por el control del discurso público en torno a los valores estadounidenses: educación, libertad de expresión, y la lucha contra el odio.