InicioARTE Y CULTURAConsciencia literaria

Consciencia literaria

-

Por Simeón Arredondo

Poeta y escritor dominicano residente en España

simeonarredondo@gmail.com

Posiblemente nadie ponga en dudas que para el palmarés literario de un escritor es más conveniente la calidad de sus obras que la cantidad publicada. Lo que debemos cuestionarnos es si estamos convencidos, o si tenemos claro cuál es la forma de conseguir lo primero. La respuesta es, a través de una sólida consciencia literaria.

 

Por ejemplo, Juan Rulfo, cuya producción literaria se limita a dos libros, tiene mucho más trascendencia y prestigio que numerosos literatos que han lanzado decenas de títulos al mercado. El poeta Francisco Domínguez Charro, de quien no se conocen muchas publicaciones, se inmortalizó con su poema «Viejo negro del puerto».

 

De ahí la importancia de la consciencia literaria en el artista de la palabra escrita. Dicho de otro modo, todo escritor debe procurar que sus textos sean más intensos que extensos, lo cual aplica tanto para una publicación en particular como para el conjunto de su obra.

 

La consciencia literaria está asociada al conocimiento del buen hacer literario. Es esa habilidad instalada en el cerebro, que nos indica cuándo un texto tiene o no calidad suficiente para trascender.

 

Actuar literariamente consciente es afinar el olfato en, y con sentido crítico de lo que escribimos, de modo que nos demos cuenta si lo que estamos haciendo tiene o no valor literario. Si el texto tiene la fuerza suficiente para impactar al lector. Si está correctamente estructurado desde el punto de vista semántico y morfológico. Si está bien cohesionado. Si no hay errores de ortografía, de sintaxis, etc. En fin, asegurarse de todos los detalles para garantizar que el producto terminado llegue bien pulido donde el consumidor final, que no es otro que el lector. Y ese lector puede ser alguien que lee por deleite o por aumentar el acervo cultural, pero también puede ser alguien que realiza una consulta, una investigación o algo similar, o puede ser un crítico literario. En todo caso, debemos preocuparnos porque lo que escribimos llegue al usuario con calidad.

 

El escritor que tiene consciencia literaria no se desespera por publicar. Espera madurar la obra, esto es, pasarla por un cuidadoso proceso de observación, revisión y corrección, de modo que cuando salga a la luz pública lo haga con los atributos suficientes para trascender los contornos de donde ha salido. La desesperación por lanzar rápido lo escrito, es un error frecuente en los aspirantes a escritores y en los escritores noveles.

 

Otra cosa que hace el escritor consciente es que se despoja del sentimiento paterno de lo que escribe. Una obra literaria es al autor como es un hijo al padre. Esa es la razón por la que nos aferramos a ella con sentimiento paternalista, lo que con frecuencia no nos permite descubrir sus errores y defectos, y nos lleva a sobre-valorarla.

 

Para evitar ese fenómeno, el escritor debe mirar su obra desde fuera, no desde dentro. Buscarle defectos e intentar analizarla con sentido crítico revisándola todo lo cuidadosamente posible. Hacer como el pintor que se aleja del lienzo para verlo desde distintas perspectivas y observar la pintura como si no la hubiera hecho él.

 

Tampoco debe creer que lo sabe todo sobre la obra por el hecho de ser su autor o porque tenga mucho conocimiento del tema o del género. Se sugiere siempre pedir opiniones externas. En las medidas de las posibilidades a más de una persona y establecer comparaciones.

 

Por lo regular cuando alguien posee consciencia literaria, al terminar de escribirla, pone su obra en reposo para ver si le sigue gustando después de pasado un tiempo. Con ello se amplía la visión sobre el texto porque lo está leyendo sin la influencia de la situación y/o de la emoción que tenía al momento de escribirlo.

 

Como hemos señalado antes, el escritor consciente procura que sus escritos sean más intensos que extensos. Sacrifica la cantidad de páginas, de estrofas, de versos, de palabras, etc. en busca de la perfección. Plasma lo que siente y una vez plasmado, si no ha salido con la nitidez deseada, cosa que suele pasar, entonces procede a darle los toques y retoques necesarios para pulir el texto como pule el escultor una efigie. Todo ello sin dejarse dominar por los sentimientos.

 

Por ejemplo, no es lo mismo decir «te quiero con toda mi alma», que decir «habitas en mi pecho». En el fondo estamos diciendo lo mismo. Pero la segunda expresión es una metáfora que evidentemente tiene más fuerza poética que la primera. En eso consiste ese ejercicio. Cuando escribimos «te quiero con toda mi alma», estamos expresando lo que queremos decir, lo que nos dicta el corazón o lo que nos sugiere la situación del momento. Una cosa es expresar lo que sentimos y otra muy diferente es hacer literatura. La consciencia nos impone darle forma literaria a lo escrito para que tenga tal valor. Ahí empieza la labor de pulido, que después de observaciones, revisiones, reflexiones, tachar, borrar, reposar, cambiar… puede terminar en «habitas en mi pecho». La oración de seis palabras se ha transformado en una de cuatro, pero con mayor sentido poético. Ya no es una simple oración que puede decir cualquier mortal. Ahora es un verso que puede llegar a inmortalizar a su autor.

 

Para que lo que escribimos agite los sentidos del lector, éste debe ser impactado en sus emociones. Y para ello hay que seleccionar los términos adecuados y combinarlos de tal manera que sea imposible su paso por las zonas sensoriales de alguien sin crear algún tipo de conmoción.

 

No se interpreta exactamente igual si decimos “caminó con el cuchillo en la mano hacia el lugar donde estaba el niño”, que si decimos “caminó con el arma en la mano hacia el lugar donde estaba el niño”. El cambio del sustantivo “cuchillo” por “arma” genera un giro importante en la interpretación de lo narrado. Al decir “cuchillo” estamos identificando un arma y le quitamos subjetividad a la narración. Cuando escribimos “arma” aumentamos la polisemia. Colocamos en los sensores del lector la posibilidad y la inquietud de interpretar de qué tipo de arma se trata, lo que aumenta la curiosidad y el interés por descubrir más.

 

Ponemos otro ejemplo con la canción “Hoy no hago más que recordarte”, que popularizó la cantante Luisa María Güell a finales del siglo pasado. Cuando dice “y cuando tú no estás yo no hago más que buscarte en cada transeúnte que cruza por mi calle”, si en vez de decir “en cada transeúnte”, dijera “entre los transeúntes”, o si donde dice “por mi calle”, dijera “por la calle”, el verso no tuviera la misma fuerza. Al decir “entre los transeúntes”, nos la imaginamos buscando y mirando entre una multitud, pero en la forma que está escrito, quien escucha la canción la piensa examinando una por una las personas. Lo mismo que al expresar “por la calle”, podemos pensar en esa búsqueda en cualquier calle donde se encuentre el sujeto hablante. Pero como muy bien dice “por mi calle”, la presencia del posesivo “mi” nos hace imaginar a una mujer parada en un balcón, o en una ventana, o en la puerta de su casa, que dirige con expectación la mirada hacia la calle, su calle.

 

Todo esto nos demuestra la importancia de seleccionar de manera cuidadosa y correcta las palabras que vamos a utilizar en un texto literario y porqué se debe analizar minuciosamente la forma en que están relacionados los términos entre sí. Y lo útil de esa búsqueda del punto exacto en el que conseguimos manifestar nuestro sentimiento revestido de la estética que cautivará al lector. Ello requiere tiempo, trabajo, dedicación.

 

Y algo que nunca deja de hacer el escritor consciente, es leer, leer y leer, y luego seguir leyendo. Lo dijo Carlos Fuentes (1928-2012), “tienes que amar la lectura para poder ser un buen escritor, porque escribir no empieza contigo». Y ya sabemos que leer además de deleitar, informar, educar, documentar, actualizar, culturizar…, también enseña a escribir.

 

Related articles

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Stay Connected

0SeguidoresSeguir
3,912SeguidoresSeguir
22,200SuscriptoresSuscribirte

Latest posts